“La tipografía debe ser clara y bella”

 

Este tipo de fuentes provienen de la época en la que nuestros antepasados escribían en bloques de piedra. Como era complicado que los bordes de las letras quedaran totalmente rectos, se introdujeron unas pequeñas líneas o remates llamadas serif o serifas. Esas finas líneas hacen que este tipo de letras sean muy fáciles de leer ya que crean una línea imaginaria bajo la letra que ayuda a guiar el ojo por el texto. Por esto, son las más ideales para textos más o menos largos y por eso se emplean mucho en blogs o periódicos. Dentro de este tipo se pueden dividir en romanas antiguas, romanas modernas o las egipcias. Cada una de ellas tiene serifas diferentes. Este estilo de letras las solemos distinguir como tradicionales, serias, respetables, institucionales o corporativas.

Las tipografías con serif (es decir, aquellas en las que la letra no acaba de forma recta o redondeada, sino que tienen una especie de pie o decoración), tienen una personalidad muy fuerte. Son muy elegantes, sobretodo aquellas que tienen más contraste de trazos (es decir, aquellas en las que en una misma letra hay líneas más gruesas y más finas). Es por ello que se usan para proyectos que requieren de cierta formalidad. Aunque también son las reinas en el mundo de la moda y la belleza.

Ejemplos: Book Antigua, Courier, Garamond, la conocidísima Times New Roman y la Palatino, Roboto Slab, Playfair Display.

Las tipografías Sans Serif también conocidas como etruscas o de palo seco, son como los tipos de letra serif pero sin los «pies». La palabra “Sans” significa “sin”, ya que se caracterizan por no tener serifas por lo que apenas existe contraste entre sus trazos. Este tipo de tipografías son mayoritariamente limpias y geométricas, es decir, los vértices son rectos y dan la sensación de que alguien las ha escrito sin usar una técnica manual (pincel o lápiz). Por esto, son legibles tanto en textos muy grandes como en textos de poca longitud. Estas letras son muy usadas en titulares, subtítulos y textos descriptivos cortos. También están muy asociadas a la tipografía comercial porque son buenas para la impresión de etiquetas y embalajes y cartelería y especialmente indicadas para visualizaciones en pantalla. Los textos serán legibles a tamaños pequeño siempre y cuando no sean demasiado largos. Este tipo de letra transmite modernidad, alegría, neutralidad y minimalismo.

Ejemplos: la más conocida y seguro que conoces es la Arial. Aunque existen otras como Helvética, la Verdana, Bauhaus, Tahoma.

Se emplean cuando se busca una fuente con estilo. Este tipo de letras tienen muchos rizos y florituras, por lo que dan sensación de estar escritas a mano. La letra cursiva de este tipo de letra es la más correcta para logotipos, grandes titulares, firmas y para detalles que por ejemplo se le puede dar a objetos hechos a mano. Los trazos más finos pueden llegar a desaparecer y pierden la legibilidad del texto. Sobre la psicología de la tipografía, estas fuentes transmiten afecto, creatividad y elegancia.

Ejemplos: Algunas de las fuentes de esta familia: Gótica (que como curiosidad imita la escritura a mano de los monjes), Brush, Vivaldi, Edwardian Script.


Este tipo de letra suele ser gruesa y se caracteriza por diseños atractivos. Son muy utilizadas si se tienen que visualizar a gran distancia, pero poco legibles a pequeño tamaño. Se emplean en rótulos de grandes dimensiones, encabezados de revistas, etc…

Ejemplos: Antigua, Decorativa, Pop Art, Fantasía.